Preparación

La morcilla es ideal para preparar a la brasa o freírla. Te aconsejamos que antes de cocinarla la pinches un poco con un alfiler o cuchillo para que no estalle. Si lo deseas, también puedes añadirla a guisos o en potajes para que le aporte más sabor y sean más nutritivos. Se puede comer cruda como tapa pues está cocida y no es necesaria cocinarla.

Acompañamiento

La guarnición perfecta es servirla como tapa acompañada de un poco de pan rústico, también puede formar parte de un plato combinado junto con unas patatas a lo pobre. Para un plato completo la morcilla sin cebolla es junto a los chorizos, la base ideal para unos buenos huevos fritos y patatas. Puedes complacerte con un rico vino que sea fuerte para degustar este plato y como no con una buena caña de cerveza bien fría.